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Glup

25.02.05

25.02.05

 


16 comentarios

glup -

Siloam, no sabes como era el Imperio. Igualaba por abajo, como todos los imperios.
Me aburría en la Toscana, mucho mejor Roma, la quemaban, sí, pero siempre renacía. Y yo allí.

siloam -

sr. glup, vaya susto me dió con el jabalí, los pastores...es que la infancia en la ribera sacra (la de los romanos) tiene estas cosas , que no se olvidan, y va usted y las recuerda ( es la toscana sí, pero el imperio igualaba bastante ;))

glup -

Mirada, te quiero enviar la encina, pero no puedo envolverla, se me va el papel por las ramas.
Sigo intentándolo.
Paciencia.

mirada -

¿Por qué flores?
Prefiero una planta o un árbol ;-) Besos

glup -

Mirada, las flores te las envío igual, no hace falta que añadas nada. (Voy a tener que enviarte un jardín entero) Gracias, guapa.

mirada -

Es más impactante con las fotografías de ahora...
Eres genial

glup -

Me alegro mucho, Magda, es un triple elogio. Gracias.

Magda -

Siempre, siempre, siempre, es gratisimo venir a tu espacio y leerte.

Tu texto de hoy me hace sentir en Toscana... Bello.

Un beso.

glup -

Ya, Ess, qué gracia. Y Alecto ¿qué?, con el mal genio que tiene.

Ess -

Hécate quedó mal en el Olimpo, y sin embargo es la diosa sabia y vieja.
No te preocupes por los romanos y griegos, los romanos verdaderamente cultos hablaban griego.

glup -

Ya, Mirada, interesante lío. Pero si tu no hubieras pagado los tributos estarías ahora como yo. Atemorizada.

mirada -

¡Qué interesante lío!

glup -

YO, le hace romano que yo lo he escrito pensando en romano(me he visto allí, en la Toscana, debajo de esa encina). Es mi gazapo.
Con Perséfona hace tiempo que no me hablo.

YO -

¿Qué le hace romano? No lo veo en el texto (igual miro mal).

Ya me he fijado y le he mencionado,precisamente, a ella. Por eso remito al pastor a Perséfona.

Glup -

YO, en este texto hay un gazapo(maldición). El que escribe es romano y las diosas son griegas. (pero ya no lo cambio)
Fíjate, YO: Alecto -a la que nada apacigua-.(Ay, conozco a Alecto).

YO -

¿Qué hombre pudo haber tan insensato que olvidara los tributos divinos?.

Corre, ofrece tus plegarias a Perséfona, más poderosa que Alecto, ella comprenderá que la juventud te sorbió el entendimiento. Hablará con su esposo, el temido Hades, y tu destino quedará sin llorar.