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Glup

11.04.05

11.04.05

 

 

 

16 comentarios

glup -

Lluvia, 37, una niña.
Dori, una mujer.
Dori-Lluvia, un cielo.
Gracias por tus comentarios diarios.
Besos

Dori-LLuvia -

Glup...¿qué edad pensaste que tenía? ajjaja... si, soy una señora mi querido Glup, una mujer de 37 recien cumplidos el 19 de marzo del año en curso y el sentido del humor
es lo que deseo que jamás desaparezca, es lo que me salva de mil cosas, es mi escudo...¿comprende?...;).

Sip POLEN tienes razón, pero hay razón en esto que leí hace un buen tiempo: "La vida sería imposible si todo se recordase; el secreto está en saber elegir lo que debe olvidarse." ( me encanta esa reflexión)...Y si, LLuvia será feliz para siempre. Fin

glup -

Polen (cuatro), tu amenaza era cierta. Y se agradece.
Lo de Cádiz era una manera de tirarte de la lengua, pero sí, mira, Alberti es un buen ejemplo.
¿Sabes que llevo muuuchos agostos "bajando" a Cádiz?
Besos (cinco)

glup -

Pues muy bien, Mirada, de eso se trata, de que te guste. Y me alegro.

Polen -

glup: no sé a que gaditano te refieres, pero sé de un niño eterno de pelo muy blanco del Puerto Sta. María al que le voy a robar unos versos para dedicártelos porque los mereces:

A un capitán de navío

Sobre tu nave -un plinto verde de algas marinas,
de moluscos, de conchas, de esmeralda estelar-,
capitán de los vientos y de las golondrinas,
fuiste condecorado por un golpe de mar.

Por ti los litorales de frentes serpentinas,
desenrollan al paso tu arado cantar:
-Marinero, hombre libre, que las mares declinas,
dinos los radiogramas de tu estrella Polar.

Buen marinero, hijo de los llanos del norte,
limón de mediodía, bandera de la corte
espumosa del agua, cazador de sirenas;

todos los litorales amarrados, del mundo,
pedimos que nos lleves en el surco profundo
de tu nave, a la mar, rotas nuestras cadenas.

Rafael Alberti

mirada -

Admiro como enlazas las palabras, cómo siendo tan triste no deja de ser bello.. se vuelve vital :-) es fresco... vamos que me gusta. Besos. Gracias

glup -

Polen (tres), oye, morena, ahora que nadie nos lee, creía que te habías ido a otros blogs mas rumbosos.
Te echaba en falta.
Bienvenida, de vuelta.
Besos(muchos)

glup -

Polen (2) pidiendo permiso ¿qué? si Polen entra como pedro por su casa, aquí y donde ella quiera. Y no me extraña. Olé, Polen.

glup -

Dorilluvia, eres una señora mayor, jajaja, y tienes buen humor.
Gracias, guapa, estás llena de contrastes.

glup -

Polen (1) "siempre tendremos la edad que deseemos tener", ya, no te lo crees ni tú, ja, ¿quién te ha contado eso?
Solo conozco una persona -en Cádiz- a la que le ocurre eso.
Besos (uno)

glup -

Lu, sirenas envejecidas y Aleixandres fenecidos me permiten colgar mi post de hoy.
Y los recuerdos.
Y el trabajo de escribir.

Polen -

Ah, por cierto glup, olvidé decirte...
¡¡He vueltoooo!! ¿creías que había desertado? pues chico, para tu información te diré que se te acabó el tiempo de descanso, vas a terminar jartito...
Mil besos (parciales)

Polen -

Glup, con tu permiso...
Lluvia, tengamos la edad que tengamos las princesas siempre seremos princesas..
Pero no debemos olvidarlo todo, debemos conservar la memoria, y siempre conservar lo bueno en el cofre de los tesoros
Además, supongo que en México, como aquí, los buenos cuentos terminan igual: "Y fueron felices y comieron perdices.."

oO(¿las perdices tienen muchas calorías? Mejor una ensalaíta verde, que también alimenta...)

LLuvia -

Pues yo, estoy aun en los trenti para, dentro unos añitos (pocos) entri la lluvis en los cuarenti... y será al 100% una pecesita azul...identica a la que sale en NEMO (Buscando a Nemo) Acá en México le llamaron DORI...(Dori todo lo olvida... yo quiero ser Dori)

Polen -

En otra vida fui sirena, bueno exagero, era sardinilla, pero era muy salá y mis escamas brillantes.
Las sirenas como todo envejecen lu, fíjate que yo estoy a puntito de dejar los venti pa entrar en los trenti... como pasa el tiempo... Pero solo envejece la fachada, la vida, el alma es imperecedera, siempre tendremos la edad que deseemos tener

lu -

qué bien que me hayas traído a Aleixandre.
Nunca pensé que las sirenas envejecieran; creía que morían jóvenes, entre terribles dolores, por amores imposibles.